La escenografía del Seder de Pésaj
EL SEDER COMO UN TEATRO
Una de las mitzvot más importantes de Pésaj es la celebración del Seder, una cena festiva muy especial en la que celebramos la salida de Egipto y el fin de nuestra esclavitud, y agradecemos a Dios por habernos rescatado. Durante esta cena, leemos la historia de la salida de Egipto y también realizamos ciertos rituales con el fin de recrear vivencialmente la experiencia de la esclavitud y de la libertad. Hacemos esto siguiendo la indicación de los Sabios que dijeron que durante esa noche «uno debe ‘mostrarse a sí mismo’ (es decir: actuar) como si hubiera salido de Egipto». El Seder de Pésaj, por esta razón, abunda en simbolismos destinados a «teatralizar» la esclavitud y la libertad. Esta es la razón por la que los rabinos indicaron que es obligatorio comer el maror, hierbas amargas, y el jaroset, una pasta marrón hecha con frutos secos que recuerda el barro que se usaba para elaborar los ladrillos que nos recuerdan el cautiverio. Y por otro lado, indicaron que durante el Seder debemos beber cuatro copas de vino para celebrar nuestra libertad.
Hay otro gesto simbólico –«teatral» si se quiere– que representa la libertad (jerut) conocido en hebreo como hasibá, sentarse reclinados.
En las próximas líneas trataremos de entenderlo mejor.
EL TRICLINIO ROMANO
¿Cuál es el origen y la historia de esta costumbre? En la antigüedad, la gente normal, los ciudadanos o campesinos, se sentaban a comer en el suelo. Pero a los esclavos, que en Atenas o en Roma por ejemplo constituían una gran parte de la población, no se les permitía sentarse a comer: así que comían de pie. Por otro lado, los nobles, la realeza y la aristocracia comían reclinados cómodamente en «triclinios». Los triclinios eran sofas– de 3 a 6 muebles puestos en forma de «U»– lo suficientemente amplios como para dar cabida a tres comensales por mueble, que se reclinaban sobre su lado izquierdo usando cojines” (ver aquí ).
Las mesas con bandejas (en hebreo qe’arot) donde se servia la comida, eran semi individuales, y como se puede ver abajo en la ilustración de un antiguo mosaico romano, estaban dentro de la «U» del triclinio.
Los triclinios se usaban especialmente en festividades o celebraciones.
Lo que también se ve en este mosaico es que los comensales comían reclinados sobre su lado izquierdo. ¿Por qué? Los Sabios explicaron que al reclinarse sobre el lado izquierdo uno disminuye el riesgo de atragantarse, pero la razón más práctica de esta costumbre es que la mayoría de los comensales eran diestros y usaban la mano derecha para comer.
¿EL COMIENZO DEL FEMINISMO?
Otro tema que se discutió durante siglos es si las mujeres también tenían que reclinarse durante el Seder. El Talmud dice que no. Y esto se entiende mejor cuando tomamos en cuenta que en esa época no era parte del protocolo que las mujeres participaran del triclinio (en el mosaico romano solo se ven hombres). Sin embargo, a veces el Talmud menciona a mujeres de la aristocracia romana ishá jashubá, allegadas a la familia del emperador, que pertenecían a esta privilegiada élite y se conocían como «matronas» (matronitá en la Guemará), ver aquí. Basado en esta distinción, algunos rabinos de la Edad Media, especialmente de Europa (Tosafot, Rama, etc.) dijeron que las mujeres también deben reclinarse en el Seder, ya que todas «las esposas judías deben ser consideradas como mujeres de la aristocracia jashubot«.
¿Quién lo puede negar?
En la práctica, hoy en día se espera que tanto hombres como mujeres se reclinen al comer y participen así en igualdad de condiciones de la costumbre de la hasibá.