אֲשֶׁ֨ר שֵׁ֤ם הָֽאַחַת֙ שִׁפְרָ֔ה וְשֵׁ֥ם הַשֵּׁנִ֖ית פּוּעָֽה
Como explicamos anteriormente, el Faraón prepara la solución final al problema judío. El plan comienza reclutando colaboradores. No es fácil convencer a los egipcios de que deberán denunciar y enviar a los judíos a los campos de trabajo (concentración), y que luego deben matar a los bebes hebreos. Después de todo, los judíos habían sido vecinos de los egipcios durante varias generaciones. Para lograr la colaboración de su pueblo, el Faraón pronunció el famoso discurso inflamatorio antisemita en el que acusa a los denuncia a los judíos de traidores. Y su plan funcionó.
DESOBEDIENCIA CIVIL
La primera fase del plan de Faraón se hace en secreto. Para evitar el crecimiento demográfico del pueblo judío, el Faraón ordena a las parteras que maten «discretamente» a los bebés. Probablemente golpeando sus cabecitas en la piedra sobre la cual las mujeres judías dan a luz. Lo principal era que parezca un accidente. Pero, sorpresivamente, ¡las parteras deciden desobedecer al Faraón! Los sabios tienen diferentes opiniones acerca de la etnicidad de estas parteras. ¿Eran hebreas o egipcias? El texto bíblico es ambiguo. hamyaledot haibriot podría entenderse como parteras «judías», o parteras egipcias «que asistían a las mujeres judías a dar a luz».
Hoy exploraremos esta segunda opinión, que me parece la más compatible con la narrativa textual peshat y representa entre otros la opinión del Rab Don Isaac Abarbanel ( ולא היו עבריות, כי איך יבטח לבו בנשים העבריות שימיתו ולדיהן, אבל היו מצריות מילדות את העבריות, ר»ל עוזרות אותן ללדת, כמו שנאמר ‘בילדכן את העבריות’.»). Estas parteras egipcias que se negaron a cumplir las órdenes del Faraón y dejaron que los niños vivieran son presentadas con sus nombres «Shifrá» y «Puá».
Este extraordinario acto de coraje no puede ser tomado a la ligera.
Vamos a analizarlo un poco más en profundidad.
¿QUÉ HICIERON LAS PARTERAS?
Las parteras desobedecieron una orden directa del hombre con suprema autoridad en Egipto, considerado «un dios», el gobernante del país más poderoso del mundo, en el momento del apogeo más alto de Egipto, el comienzo de la 18va dinastía. Este no fue un acto común de renunciar a las tareas asignadas: fue un acto de rebeldía, de desobediencia civil, quizás el primero que se registró en la historia de la humanidad.
¿POR QUÉ LO HICIERON?
¿Por qué las parteras dejaron vivir a los niños judíos? La Torá lo explica con palabras simples pero muy profundas. «vatirena hamyaledot et haEloqim», estas mujeres no-judías «temieron a Dios».
Aunque el tema del temor a Dios es muy profundo, mencionaré 3 breves ideas al respecto.
Primero: en la Torá el temor a Dios (=Eloqim) aparece también en el contexto de la conducta de los no judíos. Cuando se trata de un contexto judío, se menciona principalmente el temor a «HaShem», es decir, se menciona el nombre Divino en hebreo (A- do- nay). El hecho que las parteras mencionan «Dios» y no HaShem, le da más peso a la é de que estas parteras no eran judías.
En segundo lugar, el «temor a Dios» es lo que impide que una persona haga algo incorrecto, negándose a hacer algo que está mal «a los ojos de Dios». Para entenderlo mejor, comparémoslo con el «amor de Dios», que lleva a alguien a actuar con generosidad, entrega, bondad. El amor de Dios es activo, el temor de Dios es pasivo, ¡Pero no menos importante!
En tercer lugar, y quizás lo más crítico, es que el temor de Dios se presenta en oposición al temor al hombre, en este caso, el temor a un tirano. Las parteras abrazan el el temor a Dios y minimizan el temor al Faraón. Y en cierta manera, están dispuestas a aceptar el castigo del Faraón –la tortura y la ejecución– inspiradas por su temor a Dios
¿QUÉ PRECIO PAGARON POR SU DESOBEDIENCIA?
El Faraón recibe la denuncia de que lo han desobedecido y las cita a su corte para demandar una explicación. Las parteras presentan sus argumentos, y le explican que las mujeres judías dan a luz de manera natural (חיות הנה), por su cuenta, y cuando ellas llegan para «matar a los bebes judíos varones por accidente» ya es demasiado tarde para que no se note. Creo que también es posible, aunque no recuerdo que ningún comentarista lo haya explicado de esta manera, que este acto de valentía haya inspirado a la hija del Faraón, quien, desafiando la voluntad de su padre, salvó a un niño hebreo de una muerte segura. Ese niño era Moisés.
Luego llegan las enigmáticas palabras hebreas vaya’as lahem batim —“les hizo casas”.
Primera interpretación: el Faraón no las perdonó, sino que las envió a prisión (batim, «casas, celdas»). Siguiendo esta interpretación, estas mujeres pagaron con la cárcel «casas de confinamiento perpetuo» por su valiente accionar por salvar a los niños hebreos.
¿CÓMO FUE RECOMPENSADO SU ACTO DE VALENTÍA?
Pero hay una segunda posible interpretación de la palabra hebrea «batim». Dinastía memorable, nobleza y fama. Como cuando uno dice que proviene “de la Casa David”. Siempre siguiendo la opinión de que estas parteras no eran judías, es posible que la muestra de gratitud por haber salvado tantas vidas del pueblo de Israel, haya sido que la Torá mencionó a estas mujeres “explícitamente” por sus nombres: Shifrá y Puá.
Si prestamos mucha atención al texto bíblico, peshat, nos daremos cuenta de que en toda la historia de la esclavitud y el nacimiento de Moshé (dos primeros capitulos de Shemot) la Torá NO menciona los nombres de ninguno de sus protagonistas, ni siquiera Yojebed, Miriam o Bitiá —la hija del Faraón. La única excepción es la de SHIFRA Y PUA. Así, el acto de valentía de estas simples parteras quedó inmortalizado en la memoria del pueblo judío, que repetimos sus nombrescada vez que llemos la Torá. Vale la pena mencionar –y darnos cuenta de este contraste– que la Torá ni siquiera menciona por su nombre al Faraón, ¡el hombre más poderoso de la tierra, termina siendo un tirano anónimo, que no merece ser recordado, y que hasta hoy se discute su identidad.
YAD VASHEM: HOMENAJEAR CON NOMBRES
La Torá le rinde homenaje a la memoria de estas valientes mujeres, «mencionando su acto de valor y sus nombres”. Esta es la manera que el pueblo judío —y el Estado de Israel— rinde homenaje a la memoria de los gentiles que se arriesgaron o sacrificaron sus vidas para salvar vidas judías. . Este agradecimiento bíblico se repite por ejemplo, en la sección del museo del Holocausto YAD VASHEM dedicado a «los justos entre las naciones» חֲסִידֵי אֻמּוֹת הָעוֹלָם perpetuando su memoria, la mencionar su “yad” , acciones, y su “Shem”, su nombre, tal cual como lo hizo la Torá con Shifrá y Puá.
Hoy en día Israel tiene muchos –demasiados enemigos que celebran sin vergüenza la masacre de Hamás, acusan a Israel por defenderse y evitar una nueva masacre y practican la hipocresía del doble estándar, como el secretario general de las Naciones Unidas y muchos más (yemaj shemam = que sean olvidados sus nombres ) , que jamás se pondrán del lado de la verdad, la justicia y la objetividad.
Por el otro lado, hay muchos, muchísimos no judíos que nos apoyan, en silencio o a viva voz, como el autor y periodista Douglas Murray y muchos otros, que merecen nuestro mas sentido agradecimiento y homenaje.