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RESUMEN PARASHA HAAZINU

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La Parashá que leemos esta semana, Ha-azinu, es un poema de Moshé Rabbenu. Este poema es de carácter profético ya que advierte –o anticipa– lo bueno y lo malo que les sucederá a los judíos a lo largo de su historia si no siguen el pacto que establecieron con Dios. Moshé invoca al cielo y a la tierra como testigos eternos de esta profecía. En este poema, el cielo y la tierra comienzan alabando a Dios, declarando que Él es justo y que sus hijos, el pueblo judío, causan su propia miseria al olvidar y abandonar a Dios. Y especialmente por no ser agradecidos y deliberadamente ignorar que Dios es la fuente de todas nuestras bendiciones. Moisés suplica a los israelitas que contemplen la historia y nunca olviden cómo Dios protegió a Israel en el desierto como un águila cuida de sus crías. Dios los establecerá en la tierra prometida donde no les faltará nada. Pero como sucede a veces sucede con un niño que recibe todo de sus padres, el pueblo de Israel ignora a Dios, y hasta se rebela contra y lo abandona. Irónicamente, esto sucede no porque no tienen lo suficiente sino porque ahora tienen tanta abundancia que sienten que ya no «necesitan» a Dios. Ahora buscarán falsos dioses de pueblos paganos que que son adorados a través de entregarse al placer, la promiscuidad y el lujo.  Dios se indignará por esta falta de gratitud por parte de sus hijos y como consecuencia «ocultará Su Rostro», es decir, suspenderá su protección especial sobre los judíos. Los pueblos paganos entonces invadirán la tierra y no habrá quien los detenga. El pueblo judío será exiliado y se encontrará al borde de la extinción. Y en ese momento, el pueblo judío pensará erróneamente que todo esto les sucede porque «Dios no existe».

Dicho sea de paso: Este poema representa un testimonio profético: saber que cuando Israel no está protegido, es porque han abandonado a su Protector y se han alejado de Él. Sin embargo, también anticipa este poema, llegará el momento en que Dios redimirá a Israel y castigará a las naciones que hicieron sufrir a su amado pueblo. Israel entonces regresará a Dios y cantará sus alabanzas de gratitud al Creador.

En la última parte de esta corta pero profunda Parashá, Moshé enseña este poema a los judíos. Les ruega que lo aprendan –¿memoricen?- y presten mucha atención al mismo, ya que la Torá no es un texto más, no es un escrito superficial humano sino una Guía Divina que orienta nuestras vidas. Y solo cuando nos aferramos a ella nos fortaleceremos y, con el favor de Dios, tendremos el mérito de vivir en paz y con prosperidad en nuestra tierra Israel.

Dios le dice a Moshé que suba al Monte Nebó. Desde allí, el gran líder de Israel verá la tierra prometida antes de morir.

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