La Mitsvá del Lulab

Este año, 2023/5784, la primera vez que cumpliremos la Mitsvá de Lulab será en el segundo día de Yom Tob: domingo 1 de octubre, por la mañana.

La Torá dice: «Y tomaréis en el primer día [de Sucot] el fruto del árbol cítrico, ramas de palmera, ramas de árboles frondosos y sauces de los arroyos, y os regocijaréis ante el Eterno, vuestro Dios, por siete días» (Levítico 23).

LA MITSVÁ:

Se nos ordena tomar las cuatro especies mencionadas durante la festividad de Sucot. Tomamos tres ramas y un fruto. Un lulab (una rama joven de palmera datilera), dos árabot (ramas de sauce) , tres hadasim (ramas de mirto) y un etrog, (citrus) . Esta Mitsvá se llama «las cuatro especies» (ארבעת המינים) o la «Mitsvá de lulab». Debemos sostener el lulab, los hadasim y las árabot en la mano derecha y el etrog en la mano izquierda. Luego, realizamos la Mitsvá de Netilat lulab, que significa «elevar» el lulab. Las cuatro especies deben sostenerse en la dirección en la que crecen. La Mitsvá de las cuatro especies no se realiza en Shabbat. Por eso, este año, 2023/5784, la primera vez que cumpliremos la Mitsvá de Lulab será en el segundo día de Yom Tob: domingo 1 de octubre, por la mañana.

BENDICIÓN:

El primer día que tomamos las cuatro plantas, decimos dos bendiciones: ‘al netilat lulab y shehejeiyanu. La berajá, ‘al netilat lulab, también se dice durante los otros días de Sucot.

Dado que cada Mitsvá debe realizarse después de decir la bendición, algunas personas sostienen el etrog con la ramita principal para arriba y luego lo dan vuelta y lo enderezan después de la bendición, porque de lo contrario, la berajá se diría luego de haber observado el precepto de «tomar las cuatro plantas» (berajá lebatála). Otros acostumbran a sostener el etrog en la mano solo después de que se dice la berajá.

Las mujeres están formalmente exentas de la Mitsvá de lulab. Sin embargo, la tradición en la mayoría de las comunidades es que las mujeres realizan la Mitsvá de tomar y elevar el lulab, lo cual es meritorio. La tradición sefaradí indica que las mujeres no deben decir la berajá para la realización de esta Mitsvá, mientras que la tradición ashkenazí indica que las mujeres dicen la berajá.

LOS NA’ANU’IM:

Una vez que decimos la berajá, movemos el lulab en cuatro direcciones (lena’anea’). En este video se pueden ver los na’anu’im, los movimientos del lulab, de acuerdo a la antigua tradición del Bet HaMiqdash (tenufá) que es mencionada por Maimónides. Curiosamente, los judíos ashkenazíes realizan los na’anu’im de manera similar a la descripción de Maimónides.

¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE ESTOS MOVIMIENTOS?

אמר רבי יוחנן: מוליך ומביא – למי שהארבע רוחות שלו, מעלה ומוריד – למי שהשמים והארץ שלו. במערבא מתנו הכי, אמר רבי חמא בר עוקבא אמר רבי יוסי ברבי חנינא: מוליך ומביא – כדי לעצור רוחות רעות, מעלה ומוריד – כדי לעצור טללים רעים. מסכת סוכה ל“ז

כל זה רומז שהכוונה לבקש מה‘ יתברך על העתיד ולהודות לו על העבר.    מנורת המאור

שע“ט

Rabbi Yojanán explica que movemos el lulab hacia adelante y hacia atrás (hacia el propio cuerpo) y luego arriba y abajo para agradecer al Eterno «que es el dueño de los cuatro vientos» y para expresar nuestra gratitud por esos vientos «que trajeron las lluvias a su debido tiempo durante la pasada cosecha». ¿Por qué agradecemos a Dios en Sucot por los buenos vientos / lluvia? Porque en Sucot, el agricultor judío ya ha terminado de cosechar y recolectar todos sus frutos y productos vegetales del año. Por lo tanto, expresamos así nuestro agradecimiento a Dios, explica el rabino Abohab, para evitar olvidarnos de Dios cuando tenemos toda la comida que necesitamos (זמן בעיטה).

Ribbi Yose Bar Ribbi Janiná ofrece una explicación diferente: estos movimientos con el lulab, que simbolizan los vientos, representan nuestra oración pidiendo a Dios que proteja las futuras cosechas de este nuevo año que comienza. Le pedimos a Dios que evite los vientos dañinos, que traen sequía o langostas, o lluvias o «humedades» (טללים רעים moho) destructivas que pueden arruinar todos los productos de la tierra.

¿Cuál de las dos opiniones seguimos? ¿Agradecemos a Dios por el pasado o le pedimos que nos conceda prosperidad en el año que comienza?

Nuestra tradición es seguir las dos opiniones: agradecer a Dios por el pasado y pedirle por el futuro.

¿Y cómo y cuándo hacemos eso?

Durante la hermosa Tefilá de Hallel, que recitaremos a partir de mañana por los próximos 9 días.

Para agradecer y reconocer a Dios por lo que nos dio, movemos y agitamos el lulab –como si fuera un qorban, una ofrenda a Dios– diciendo mientras nos movemos: HODU LASHEM KI TOV KI LEOLAM JASDO «Demos gracias a Dios cuando es bueno [=cuando tenemos abundancia], [diciendo que] ‘Su bondad es infinita’.

Y para pedir a HaShem por un futuro material prometedor, movemos el lulab mientras decimos ANNA HASHEM HOSHIA NA, «Por favor, Dios, sálvanos». Es decir, «sálvanos de los vientos destructivos, del clima inclemente que podría dejarnos sin comida y en riesgo de morir.

ACLARACION: Si estas plegarias de agradecimiento y súplica sobre vientos y lluvias no nos parecen muy significativas, es porque tenemos el privilegio de vivir en una época de «superabundancia»: tenemos tanta comida B»H que nos resulta difícil comprender el hambre, las enfermedades y la tragedia de un año sin lluvias…

Para concluir aclararemos que la costumbre sefaradí hoy en día es mover el lulab, sin agitarlo (הולכה והבאה), en seis direcciones diferentes: sur, norte, este, arriba, abajo y oeste. Este orden no es le mismo de Maimónides y fue establecido por los sabios de la Kabbalá. En este video, vemos al rabino Mordejai Eliyahu z»l haciendo los na’anu’im, según la tradición sefardí vigente hoy en día