Esta semana leemos 2 secciones de la Torá de una vez: Tazria’ y Metzorá. Veamos de qué temas tratan esta 2 parashiyot.
Primero la Torá instruye al pueblo judío sobre la impureza ritual contraída por una mujer que da a luz. El tiempo de este período de impureza difiere dependiendo si es un niño o una niña. Al final de este período, la mujer se sumerge en una mikvé, baño ritual, y debe traer ciertas ofrendas al Templo (hoy que no tenemos el Templo, no se observan estos rituales). La Torá menciona la obligación de circuncidar a un niño varón en el octavo día de su vida. La Torá luego comienza a discutir las leyes de la tzara’at, una decoloración de la piel que convierte a una persona en ritualmente impura. En esta priemra Aliyah se discute varias formas de decoloraciones blancas de la piel. Si una persona tiene síntomas de tzara’at, debe ser vista por un sacerdote. Si la decoloración se considera «sospechosa» de acarrear lepra, el sacerdote declarará inmediatamente a la persona impura y la pondrá en cuarentena durante dos semanas. Al final del período de cuarentena, el sacerdote declarará a la persona pura o impura.
Luego la Torá describe las leyes de la tzara’at que aparece después de una quemadura en la piel y se explica que el tzara’at también puede afectar las áreas del cuerpo cubiertas de pelo. Los síntomas y las leyes de este tipo de tzara’at son muy y oueden aprecer áreas blancas y opacas en su piel.
La tercera Aliyah discute el tzara’at que aparece en un área del cuerpo sin pelo. También se discute el procedimiento seguido por una persona que está afectada por la tzara’at, siendo el requisito principal que debe permanecer fuera de la sociedad hasta que su condición se aclare. La Torá luego discute la «tzara’at de la ropa», una decoloración verde o roja que puede afectar ciertos tipos de materiales. Se muestra la prenda a un sacerdote que la pone en cuarentena hasta por dos semanas, para verificar su estado.
En la cuarta Aliyah, al final del período de cuarentena, según las circunstancias, la prenda se declara pura, o se quema completamente, o solo se quita y quema la parte que estaba descolorida. La Torá describe luego el procedimiento de purificación para una persona que contrajo la tzara’at. Después de que el sacerdote determine que la tzara’at ha sanado, se utiliza una ceremonia que implica la ofrenda de dos aves, una rama de cedro y agua pura para la etapa inicial de la purificación. La persona también se afeita todo el cuerpo. Después de una espera de siete días, la persona se afeita nuevamente y lleva tres animales y una ofrenda de aceite al Templo. El sacerdote procesa las ofrendas de la manera prescrita en esta sección. Con esto se completa el proceso de purificación.
En la quinta Aliyah, si el individuo que sufre de tzara’at no tiene los medios como para traer las ofrendas mencionadas anteriormente, se pueden usar dos pájaros como sustitutos de dos de los animales. Esta sección describe el proceso de purificación ligeramente diferente reservado para un individuo de medios limitados .
La sexta Aliyah aclara que las casas también pueden estar afectadas por tzara’at. Si las piedras de una casa se decoloran adquiriendo un fuerte pigmento rojo o verde, se llama a un sacerdote. Si en efecto la decoloración parece ser tzara’at, el sacerdote pone en cuarentena la casa por hasta tres semanas. Dependiendo de la propagación de la decoloración, la casa se declara pura, o se remueven esas piedras específicas o, en las situaciones más extremas, se demuele la casa. La Torá luego describe el procedimiento de purificación para tal casa, que es similar a la etapa inicial de la purificación de la persona afectada por tzara’at . Después de concluir el tema de la tzara’at, la Torá discute la impureza ritual de un hombre que emite una descarga seminal de una forma no natural, así como el método por el cual esta persona alcanza la pureza cuando la condición pasa.
En la séptima Aliyah se discute la impureza ritual contraída por un hombre que emite una descarga seminal (normal), la impureza ritual de una mujer en su período y de un hombre que actuando incorrectamente cohabite con ella. Todos estos individuos deben sumergirse en un mikvé (baño ritual) para ser purificados.