יפה שעה אחת בתשובה ומעשים טובים בעולם הזה, מכל חיי העולם הבא
Es mejor un momento de Teshubá (arrepentimiento) y buenas acciones en esta vida, que toda la vida del mundo por venir.
Pirqué Abot, 4:17.
El último de los 13 principios de la fe judía que escribió Maimónides es la creencia en Tejiyat haMetim, es decir: la resurrección (no confundir con reencarnación) de los muertos. Vamos a explicar lo que dice este gran Sabio. Me baso particularmente en lo que escribió al respecto en su epístola que se llama IGGERET TEJIYAT HAMETIM .
Tejiyat haMetim es un principio indiscutible de la creencia judía. Se encuentra en los libros de los profetas, en el Talmud , en los Midrashim y fue incorporado por nuestros Sabios nada menos que en la segunda bendición de la Amida, que recitamos 3 veces por día. Maimónides también explica que Tejiyat haMetim no puede ser interpretado metafóricamente. Tejiyat haMetim significa que en un futuro el cuerpo y el alma volverán a estar unidos, como estuvieron antes de la muerte. Maimónides aclara que esto no significa que los seres humanos ya no habrán de morir, sino que seguiremos siendo mortales. Ahora bien, comprender cómo es que esto ocurrirá, es decir, de qué manera el cuerpo resucitará es una idea que está más allá de nuestro poder de visualización e imaginación.
Una de las cosas más interesantes que dice Maimónides es que la resurrección no ocurrirá para todas las personas sino sólo para los Tsadiquim, las personas justas y rectas. Y deduce esto de un Midrash que dice que a veces la recompensa divina beneficia al bueno y al malvado simultáneamente, por ejemplo, la lluvia, que cuando cae no distingue entre el campo del bueno y el del malo. Sin embargo, aclara el Midrash, tenemos el caso de Tejiyat haMetim, que es un ejemplo de recompensa selectiva, ya que sólo alcanzará a los Tsadiquim.
¿Y por qué sólo los justos se beneficiarán de la resurrección? Este punto nos ayudará a entender mejor la naturaleza de Tejiyat haMetim.
Nuestro objetivo principal en la vida, como judíos, es acercarnos a HaShem, aprendiendo todo lo que podamos sobre Él y ejerciendo Su voluntad. Para eso, para conectarnos con HaShem, estudiamos y observamos Su Torá. Los tsadiquim son las personas justas que dedican su vida a este propósito y no se dejan llevar por distracciones materiales. Al fallecer, nuestras almas o neshamot llegan hasta la Presencia de HaShem: esto es , el Olam haBa, el mundo por venir: una dimension no material de la existencia donde las » almas de los justos se deleita de la Presencia Divina». Pero este deleite no es similar para todas las almas. Cada alma disfruta, percibe, vive la presencia de Dios que de acuerdo al nivel que haya alcanzado en esta vida terrenal. Irónicamente, en el mundo por venir podemos disfrutar de la Presencia de Hashem, pero no podemos crecer ni progresar en esa percepción. De manera que nuestro acercamiento y capacidad de comprensión de HaShem en el mundo por venir depende de nuestra comprensión de HaShem en esta vida. Ahora se puede entender mejor por qué al Tsadiq, a aquel que sabe cuál es su misión en esta vida, le será concedida una oportunidad adicional para crecer más en esta vida y así alcanzar un nivel superior en el mundo por venir.
Pero, una persona malvada o a una persona totalmente materialista, dedicada sólo a los placeres y a las distracciones materiales: su dinero, su imagen, y a la satisfacción inmediata de placeres físicos, etc. ¿para qué habría de concederle Dios más tiempo en esta vida? ¿Para seguir persiguiendo la satisfacción de sus impulsos, y se siga distrayendo con materialismo? Como mencionamos en el Midrash que compara la resurrección con la lluvia, para Maimónides Tejiyat haMetim es entendida como «una recompensa exclusiva para los justos», una oportunidad adicional de crecer, y no como una oportunidad para corregir o reparar lo que hicimos mal…. Tal como lo explica esa importantísima Mishná de Pirqué Abot que mencionamos arriba, la oportunidad de reparación, la Teshubá y el arrepentimiento lo debemos realizar en esta vida terrenal, en la misma dimensión que tenemos la oportunidad de hacer buenas o malas acciones (asusta pensar que esta corta vida tenga tanta trascendencia, ¿verdad?)
Para entender un poco mejor la idea del Midrash y de Maimónides, pensemos en el siguiente ejemplo que ilustra a Tejiyat haMetim. Imaginemos que a alguien de 80 años se le ofreciera el elixir de la juventud para volver a los 17 años de edad, ¿qué desearía una persona hacer con su vida si tuviera nuevamente 17 años? Uno puede decir: «Quiero volver a los 17, y con la experiencia que tengo me gustaría hacerme rico, manejar un coche convertible, e ir a todas las fiestas posibles». Una segunda persona podría decir: «Ahora que tengo 80 años, sé lo que es importante en esta vida, si tuviera una nueva oportunidad y volviera a los 17, dedicaría mi vida a desarrollar más y mejor mi relación con Dios» . De acuerdo a Maimónides, solo este segundo individuo calificaría para Tejiyat haMetim.