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AÑO NUEVO: El mundo celebra la circuncisión

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EL ORIGEN DEL AÑO NUEVO CIVIL
El año nuevo civil 2023 comienza hoy, el 1 de enero. Según la tradición cristiana, el día de año nuevo celebra la circuncisión (sic) de Yeshu. El 1 de enero es el octavo día, contando desde el 25 de diciembre. Irónicamente, la práctica de la circuncisión fue anulada en los primeros años del cristianismo. ¿Por qué? En su libro “La historia del Cristianismo” Paul Johnson explica que muchos romanos se sentían muy atraídos hacia el monoteísmo y la ética judía. Pero no estaban dispuestos a dejar de trabajar los sábados, dejar de comer cerdo (una comida muy popular en Europa) y les daba terror la idea de circuncidarse. Especialmente por este último motivo, no tantos romanos se convirtieron al judaísmo (cabe aclarar que los judíos, si bien aceptamos conversos, nunca los buscamos activamente). Johnson cuenta que los primeros apóstoles buscaban activamente conversos entre los romanos y vieron que si anulaban la circuncisión, miles de romanos se convertirían a la nueva religión. Y así fue como formularon entonces una versión light del “judaísmo”, que luego se fue convirtiendo en el cristianismo. Y fue irónicamente en Yerushalayim, en el concilio de Jerusalén del año 50, cuando la circuncisión fue definitivamente anulada. Hasta ese entonces los primeros cristianos no eran muy diferentes de otros judíos disidentes, como los Tsadoquim o los Mityavnim, por ejemplo. Pero a partir de la anulación del Berit Milá–la circuncisión– que representa el pacto de Dios con Abraham y su descendencia, el cristianismo se desprendió definitivamente del judaísmo.

LA CELEBRACIÓN DEL AÑO NUEVO
El rabino Terumat Hadeshen (1390-1460) y el Ramá (1530-1572), ambos Halajistas de Europa occidental, se refirieron al día del año nuevo cristiano como una festividad religiosa cristiana, a la que llamaron: el octavo día de navidad (ver Darjé Moshé, Yoré De’á 148: 12). Y si bien hoy en día el 1.º de enero es una celebración mayoritariamente civil, en ese entonces era evidente que los judíos no participaban de las “celebraciones” del año nuevo. Primero porque este tenía un significado enteramente religioso, como Navidad, y segundo, porque implícitamente se celebraba la abolición del judaísmo, y del pacto de la circuncisión. Para los judíos que vivían en tierras cristianas, Navidad y año nuevo no eran tiempos muy felices. Eran días donde los discursos religiosos y los decretos y las persecuciones contra los judíos se intensificaban.

EL PAPA Y LOS JUDÍOS
Tomemos como un pequeño ejemplo lo que ocurrió en los tiempos del Papa Gregorio XIII (1502-1585), que instituyó el nuevo calendario, llamado en su nombre “gregoriano” y también popularizó la celebración del año nuevo en los países católicos el día 1 de enero. Cabe destacar que este Papa se considera históricamente “favorable hacia los judíos», ya que los protegió en el gueto de Roma. Sin embargo, el día de año nuevo de 1577 el Papa Gregorio XIII estableció algunos nuevos decretos: primero ordenó que todos los judíos romanos, bajo pena de muerte, escucharan los sermones de conversión al catolicismo en las sinagogas después de los servicios religiosos de los sábados. Estos discursos eran pronunciados por judíos apóstatas que se habían convertido al cristianismo. Gregorio también prohibió que los judíos practicasen la medicina y atendieran a pacientes cristianos. El día de año nuevo de 1578, Gregorio obligó a los judíos a pagar un impuesto especial para financiar una «Casa de Conversión», concebida con la intención de convertirlos al cristianismo. En el año nuevo de 1581, Gregorio ordenó a sus tropas confiscar toda la literatura hebrea de la comunidad judía romana. No mucho para celebrar, ¿verdad?

EL ORIGEN DEL AÑO NUEVO JUDÍO
Los judíos celebramos nuestro año nuevo el primer día del mes de Tishrí. ¿Por qué ese día es elegido como el comienzo de un año nuevo? Porque en ese día Dios creó a Adam, el primer hombre. La creación del Mundo material (el universo, nuestro planeta, la vida animal, etc.) se celebra todas las semanas: en Sabbat. Y una vez por año, el 1.º de Tishrí, los judíos celebramos la creación de la humanidad. Por este mismo motivo, el año nuevo judío es también conocido como Yom haDín, el día del juicio. De acuerdo a nuestros Sabios, en ese día la humanidad es juzgada, individual y colectivamente. Y es por eso que durante el día de Rosh haShaná se hace sonar el Shofar. La voz del Shofar anuncia que Dios es el Rey y la Autoridad Suprema. El pueblo judío, en nombre de toda la humanidad, declara a Dios como Juez y se somete a su juicio existencial. Dios nos concedió la vida y por lo tanto, cada año que pasa, debemos darle cuenta a Él de lo que hemos hecho con el año que ha pasado. Para el pueblo judío, el día del juicio es el día de del auto-juicio. El 1ero de Tishrí nos juzgamos a nosotros mismos frente a Dios, y comenzamos un proceso de Teshubá, arrepentimiento y cambio, comprometiéndonos a vivir el próximo año según Su voluntad, y observar Sus mandamientos desde el momento que uno nace. Incluyendo la circuncisión de nuestros hijos y nietos .

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