¿Qué hacen especiales a los 10 Mandamientos?

Los Diez Mandamientos עשרת הדברות fueron dados al pueblo judío durante el pacto (ברית) celebrado entre el Pueblo de Israel y Dios (Ex. Caps. 19, 20). Este Pacto, la única vez que HaShem se manifestó al Pueblo Judío colectivamente, se conoce como מעמד הר סיני ,  «La experiencia [de la revelación de haShem] en el Monte Sinaí».

Mientras que para otras religiones los Diez Mandamientos están por encima de los otros mandamientos de la Biblia hebrea, para la tradición judía los Diez Mandamientos son, evidentemente, una parte esencial de la Tora, pero todos los demás preceptos Bíblicos no son de menor importancia.

¿Qué tienen de especial, entonces, los Diez Mandamientos?

La Gemara en Makkot explica que de los 613 Mandamientos de la Torá, 611 fueron transmitidos por intermedio de Moshé Rabbenu y los 2 restantes fueron escuchados directamente de Dios.  Veamos.  De acuerdo al la narración explícita de la Tora (peshat) cuando el Pueblo de Israel escuchó a HaShem,  la experiencia de escuchar la voz Divina resultó tan abrumadora que el pueblo sintió que sicológica y físicamente no lo resistirían. Entonces, el pueblo pidió la intermediación de Moshé. Ex. 20:19 «Y le dijeron a Moisés: Habla tú a nosotros y escucharemos. Que no nos hable [directamente] Dios, porque [sentimos que] nos vamos a morir .»

Según nuestros Jajamim, el Pueblo de Israel solicitó la mediación de Moisés después que HaShem enunció los dos primeros mandamientos. Y desde este punto de vista, sólo los dos primeros mandamientos son absolutamente excepcionales. Es por eso que solamente los dos primeros mandamientos están formulados en la primera persona («Yo soy HaShem tu Dios» … «No tendrás otros dioses delante de mí»). Mientras que a partir del tercer mandamiento es Moshé quien se dirige al pueblo de Israel, y se refiere a HaShem en la tercera persona. El tercer mandamiento dice «no pronunciarás el nombre de Dios en vano» y no dice «no pronunciarás Mi nombre en vano».