El Juego de los Diez Mandamientos

ולקחתי אתכם לי לעם והייתי לכם לאלקים

Shemot 6:7

En un par de semanas, cuando lleguemos a Parashat Yitró,  leeremos en en la Torá lo que quizás se considere su texto más conocido: los Diez Mandamientos.  

En los próximos días quisiera estudiarlos junto con ustedes y así estar un poco más preparados para comprenderlos mejor.  

LA SALIDA DE EGIPTO

Cuando Dios le anuncia a Moshé que Él rescatará al pueblo de Israel de la esclavitud también le dice: “Y los tomaré a ustedes como Mi pueblo, y Yo seré para ustedes Su Eloqim” (Exodo 6:7). 

“Y yo seré para ustedes su “Eloqim” no significa que Dios dice que va a ser nuestro “Dios” en términos teológicos.   Como demostraremos más adelante, la palabra Eloqim en este contexto significa : Autoridad suprema. Legislador. La Torá utiliza mucha veces la palabra “eloqim” para refirirse a jueces, la maxima autoridad judicial.   

El pueblo de Israel se transformará en el elegido de Dios, el portador de la Palabra Divina. Pero este privilegio no implica más derechos: significa principalmente la obligación de vivir de acuerdo a Sus leyes y preceptos que Dios, “nuestro Legislador”  establece   

PREGUNTA: ¿Cómo se estableció esta relación bilateral? En otras palabras: ¿Cuándo y cómo se transforma Dios en nuestro Eloqim?  

RESPUESTA: A través de un pacto, en hebreo berit, fue celebrado en el Monte Sinaí, en el día 6 del mes de Siván, 49 días después de que los judíos salimos de Egipto. En este pacto Dios ofrece consagrar a la nación de Israel como Su pueblo y  se compromete a cuidarla como su más preciada posesión (am segulá), garantizando su existencia. El pueblo judío, por su parte, se compromete a obedecer a Dios, y acepta los mandamientos  que ya conoce e incluso los que aún no conoce (נעשה ונשמע).  Para el pueblo de Israel no existirá otro Dios, y solo obedecerá la Ley Divina. 

Los términos de este pacto serán expuestos a lo largo de la Torá e incluyen 613 preceptos o mandamientos, que el pueblo judío adopta, de ahora en adelante, como su Constitución Nacional. 

La parte central de la celebración de este pacto tiene lugar cuando, por primera y única vez, Dios se reveló ante todo el pueblo de Israel, para transmitirle los Diez Mandamientos.

LA IMPORTANCIA DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Mas allá de su carácter “nacional” los Diez Mandamientos son considerados como las reglas básicas que cualquier sociedad humana necesita para subsistir y prosperar. 

Los Diez mandamientos no contienen dichos abstractos. No dicen:”Debes ser una buena persona” o “Escucha a tu corazón”.  Los cliches no sirven en el campo de la ética. El hombre necesita instrucciones más claras para vivir y convivir.   Las buenas intenciones no son suficientes. Decirle a a alguien: “tienes que ser una buena persona” sin darle indicaciones más precisas, es como decirle a un individuo “tienes que ser un buen piloto” sin enseñarle a volar y sin lecciones de vuelo. 

Los Diez Mandamientos, y creo que esto es lo más importante, no son modernos. Son eternos. No han pasado de moda.  Cuando yo enseño los Diez mandamientos el titulo de mi clase suele ser: “El juego de los Diez Mandamientos”. Este juego es muy sencillo. Primero explico Los Diez Mandamientos, uno por uno  (¡y nunca dejo de asombrarme de lo poco que el judío común los conoce)! y luego  pregunto a mi audiencia:  ¿Cuál de estos mandamientos ha expirado? ¿Cuál de estos preceptos ha pasado de moda, ya NO es relevante ni necesario? 

¿La respuesta? Un largo silencio.