El vertiginoso final de Hamán
El capítulo 6 de Meguilat Ester nos cuenta que luego del primer banquete que la reina Ester preparó para Ajashverosh y un invitado inesperado, Hamán, el rey no puede dormir. El rey está consumido por celos o sospechas, pensando que Hamán puede encontrar aliados entre los guardias que tenían acceso al rey, o entre los sirvientes que podían envenenar su comida, etc. En su inusual insomnio, el rey pide que le traigan el libro de las Crónicas, los registros históricos oficiales (de los cuales nada quedó) que eran escritos por los historiadores del reino. El rey estaba interesado en leer si había recompensado generosamente a aquellos que lo habían protegido, informando acerca de posibles atentados contra su vida. Ser generoso con los informantes leales al rey era esencial para que otros imitaran este gesto. Y el rey quería asegurarse que en esos momentos, que parecían tan peligrosos, los súbditos supieran de su generosidad. Al leer las crónicas el rey descubre que 5 años atrás, Mordejai, el judío, había informado acerca de Bigtana y Teresh, dos guardias del tesoro que querían envenenar al rey. El rey preguntó si se había recompensado a Mordejai de alguna manera y sus servidores le respondieron que no. Al amanecer, justo antes de que el rey diera la orden de recompensar a Mordejai, Hamán llega al palacio. ¿Qué estaba haciendo Hamán tan temprano en el palacio de Ajashverosh? En el capitulo anterior vimos que Hamán se consumía de ira cada vez que veía a Mordejai que no se arrodillaba ante él.
La trama principal de Purim es la mega-venganza que Hamán planea para desquitarse contra Mordejai: exterminar a todo su pueblo. El malvado Hamán pensó que su venganza sería mas placentera si Mordejai veía con sus propios ojos la muerte de su pueblo, y por eso lo dejó con vida. Pero ahora Hamán le confiesa a su esposa y a sus amigos que ya no puede soportar la presencia de Mordejai. Su esposa, Zeresh, le sugiere a Hamán que vaya a ver a al rey y “denuncie” a Mordejai, para que éste sea inmediatamente ejecutado. Pero, ¿de qué se lo iba a acusar a Mordejai? El texto no nos proporciona ningún detalle. Según el profesor Yonatán Grossman, Hamán fue aconsejado por su esposa Zeresh que acusará a Mordejai de “traición a la patria”. ¿De dónde se puede deducir esta ida? Grossman muestra la similitud entre las palabras que usa el texto cuando Zeresh habla con su marido Hamán, y las palabras que uso Izebel al hablar con su marido el rey Ajab (Reyes 1, 4-7).
Veamos. Ajab, uno de los reyes de Israel (ca. 900-850 aec.) deseaba poseer el viñedo de su vecino Nabot. El rey le ofreció a Nabot comprarle su tierra, pero Nabot se negó. Ajab se deprimió y su esposa Izebel —una mujer fenicia que no respetaba en absoluto las leyes judías— mandó a sobornar a dos testigos para que acusaran falsamente a Nabot de haber maldecido al rey, lo cual se consideraba una acto de alta traición y se condenaba con la muerte del ofensor. Con la ayuda de todo un aparato de justicia completamente corrupto, Izebel logró que los jueces condenaran a Nabot, lo ejecutaran y confiscaran sus tierras , que ahora quedaban a disposición del rey. (הרוגי המלכות, נכסיהן למלך).
Grossman explica que a pesar de que el texto de Ester no menciona los detalles del plan de Zeresh y Hamán , podemos deducir por la similitud entre los dos textos que se trataba del mismo plan: acusar falsamente a Mordejai de alta traición, probablemente por intermedio de testigos sobornados, y proceder a su inmediata ejecución. Haman llegó esa mañana al palacio de Ajashverosh con ese plan en mente (y acompañado, probablemente, de testigos falsos). Hamán estaba tan seguro del éxito de su misión que antes de salir de su casa mandó a erigir un poste de 25 metros de alto para ejecutar a Mordejai.
Dicho sea de paso, la forma tradicional de ejecución en el impero persa no era la horca, como se suele entender de las traducciones convencionales, sino el empalamiento, que consistía en atravesar el cuerpo del reo con un palo afilado que salía por su garganta, y dejarlo desangrar así hasta morir. Esta horrible forma de ejecución fue desarrollada por los asirios y adoptada luego por los persas. Se han encontrado relieves que ilustran esta ejecución.
Esta ilustración muestra el empalamiento de Yehudim ejecutados por Sanjerib, cuando este invadió Israel en el 722 aec. Al parecer Bigtana y Teresh también fueron ejecutados de esta manera. Y así quería Hamán ejecutar a Mordejai. La altura exagerada del poste, 25 metros — la altura de un edifico de 8 o 9 pisos— es otra evidencia de que el plan de Hamán era acusar a Mordejai de alta traición, ya que el gobierno quería que la ejecución de los traidores sea vista públicamente para que a nadie se le ocurriera actuar contra el rey.
Al final, como se dice en Purim, venahafoj hu, a los enemigos de Israel les salió todo al revés”. Esa horrible ejecución, en ese mismo poste, le llegó a Hamán esa misma noche, cuando Ajashverosh lo acusó de “traicionar” al rey, galanteando con su esposa.