Ayer concurrí a la conmemoración de Yom haShoá en Great Neck, NY. Por primera vez en esa ciudad, la unidad de bomberos hizo sonar una sirena a la 1.00 de la tarde y, tal cual como se hace en Israel, todos nos pusimos de pie y permanecimos callados por un interminable minuto. Fue muy emocionante. Luego, se procedió al tradicional encendido de 6 velas. La primera vela la encendieron los niños. La segunda vela la encendieron los representantes de Medinat Israel. Y para la tercera vela, invitaron a todos los sobrevivientes del Holocausto a participar. Yo, instintivamente, me puse de pie. Luego me di cuenta que en mi mente estaba el recuerdo de aquel único judío que vivía en Albania”.
Esa memoria que surgió desde mi subconsciente es parte de una historia que leí del Rab Israel Meir Lau, Shelita, sobreviviente de la Shoá y quien fuera Rab haRashí de Israel hace algunos años atrás. Esto es lo que escribe el Rab Lau
«Aquellos que sufrieron los horrores de los campos no son los únicos sobrevivientes del Holocausto. Este grupo incluye una amplia gama de judíos de todo el mundo. A principios de la década de 1980, Ed Koch (1924-2013) , quien era alcalde de la ciudad de Nueva York, me invitó a su oficina. Koch es un hombre judío cálido, sensible y emocional, un gran amante de Israel y del pueblo judío. En nuestra primera reunión, se presentó a mí diciendo que él también era un sobreviviente del Holocausto. Por cortesía, me abstuve de preguntarle qué sobrevivió exactamente y dónde había estado durante la Segunda Guerra Mundial. Quería darle la oportunidad de contar su historia. Pero me dijo que había nacido en el Bronx, uno de los 5 distritos de la ciudad de Nueva York y que había vivido toda su vida en Nueva York. Pero insistió en que él era un verdadero sobreviviente. Sonriendo, me atreví a preguntar cómo podría ser … y Ed Koch empezó a explicar. ‘Años atrás, viaje a Alemania para un viaje educativo. En una de las paradas, el guía le mostró al grupo el globo terráqueo que había en el escritorio de Hitler. «Me recordó la película de Charlie Chaplin, ‘El gran dictador’. Pero a diferencia de aquel globo en la película «Koch contó,» ese globo grande tenía muchos números escritos en él con marcador negro. Cuando el guía hizo girar el globo, Europa se ennegreció con números. Otros continentes tenían menos marcas negras. El guía explicó que cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Hitler registró la población judía de cada país. Después de todo, eliminar a todos los judíos del mundo representaba el objetivo final de su vida. Albania llevaba el número “1”, porque había un solo judío que vivía allí. Nuestro enemigo decidió que no descansaría mientras ese judío de Albania, totalmente desconocido para él, permaneciera vivo. El territorio de los Estados Unidos llevaba el número de seis millones. [Las estadísticas de la población son un poco inexactas] Eso me incluye a mí «, dijo Ed Koch con una gran ira. «Así que yo también soy un sobreviviente del Holocausto -si los Aliados no hubieran detenido a la bestia nazi, sin duda nos hubieran destruido».
Le estreché la mano y le dije: «Hoy he aprendido una lección importante de ti, y la llevaré conmigo a Israel. Entiendo que no todas las comunidades judías sienten una conexión con el Día del Holocausto. Pero de ahora en adelante, les contaré sobre un judío nacido en Nueva York que vivió toda su vida en una ciudad norteamericana, pero que comprende que él también es un sobreviviente del Holocausto … «.
Del libro «Desde las profundidades» (p 241-242), del Rab Israel Meir Lau