PRINCIPIO 4: Dios es Eterno
Como hemos comentado anteriormente, ya que Di-s no es y no tiene un cuerpo, nada relacionado con el mundo físico se puede aplicar a Él. El sueño, la vigilia, la ira y la risa, o la alegría y la tristeza, no se aplican a Él. Siempre que la Torá o los profetas hablan de Di-s de esta manera (antropomorfismo), lo hacen de una forma metafórica o alegórica. Y del mismo modo, no podemos aplicar a Di-s, los conceptos de nacimiento o final. Di-s no existe en el tiempo (o, existe independientemente del tiempo). Las ideas de principio, final o edad no se aplican a Él.
Preguntarnos «Si Di-s creó el mundo, ¿quién creó a Di-s?» sería como preguntar: «Si el panadero amasó el pan, ¿quién amasó al panadero?» El concepto de «amasar» se aplica a lo que el panadero produce, pero no por eso se podrá aplicar a la existencia del panadero. Del mismo modo, el concepto de creación no se puede aplicar al Creador. Di-s es eterno. Y todo fue creado por Di-s de la nada, incluyendo el «tiempo», que es una de las creaciones de Di-s.
Hay un punto muy importante en el campo del debate Ciencia y Judaísmo que se desprende de este principio. Los judíos nunca creímos en la eternidad del universo. El 4to principio de nuestra fe afirma que sólo Di-s es eterno. Maimónides (1165-1204) escribió: «Un principio fundamental de la Ley de Moisés es que el mundo fue creado por Di-s a partir de la absoluta inexistencia. Lo que observas, lector, que en repetidas ocasiones yo argumento en contra de la eternidad del mundo contra la opinión de los filósofos, es para demostrar el carácter absolutamente [Supernatural] de Su existencia, como lo he explicado y aclarado en la Guía de los Perplejos «.
¿Por qué Maimónides enfatizó esta creencia? Empezando probablemente con Aristóteles los filósofos y los científicos siempre negaron que el Universo haya tenido un principio. Decían que el universo era eterno y no había un punto de comienzo (‘olam qadmon). Esta idea comenzó a cambiar sólo en 1930, cuando Edwin Hubble descubrió que el universo se estaba expandiendo. Si el cosmos se expande, y no se mueve en círculos como se pensaba anteriormente, entonces tiene que haber tenido un «punto cero». Unos años más tarde muchos científicos llegaron a una fórmula inductiva simple que afirmaba que si retrotraemos la película de la expansión del universo inevitablemente llegaremos a un momento de inicio, al principio del universo. La más famosa hipótesis sobre este tema es el Big Bang, que en realidad, y aunque esto no se enseña en las escuelas, reafirma la idea bíblica del «principio [Bereshit] del Universo» después de 25 siglos de que la ciencia lo haya negado.
Ahora bien, cuando un científico afirma que el Universo tuvo un comienzo a partir de una «singularidad inicial de densidad infinita, que contenía la totalidad de la masa y el espacio-tiempo del universo», pero sin la intervención Divina, tendría que poder demostrar de dónde surgió esa singularidad. Mientras que por definición, Di-s es eterno, en términos científicos, es absolutamente necesario explicar cómo algo surgió de la nada. Esta pregunta sin respuesta posible es, sin duda, el talón de Aquiles de la teoría del Big Bang.
Una cosa más. Según el rabino Jaim Pereira-Mendes (1852-1937), la eternidad de Di-s tiene también implicaciones en nuestras expectativas sobre la justicia Divina (¿por qué las cosas malas le suceden a la gente buena? etc.). Puesto que Di-s es eterno, el castigo para los malvados o la recompensa para los justos podría tener lugar más allá de los plazos de nuestras limitadas vidas. «El conocimiento de que Di-s es eterno, especialmente cuando se combina con el conocimiento de que Él es omnipotente, nos ayuda a resolver uno de los más grandes enigmas de la vida terrenal …. ya que a menudo se observa que el hombre bueno sufre desgracias y los malvados tienen éxito…. Pero cuando entendemos que Di-s es eterno, comprendemos que a Él se encargará a su debido tiempo y en su propia manera, en esta vida o en la vida futura, de beneficiar a los justos y castigar a los malvados… y así se resuelve este misterio y sus aparente contradicciones».