Mañana martes, 22 de diciembre, vamos a observar el Diez de Tebet, un día de ayuno que nos recuerda tres eventos trágicos (ver aquí). Uno de estos eventos fue la muerte de Ezrá haSofer, que ocurrió en un día como hoy, 9 de Tebet.
Setenta años después de la destrucción del primer Bet haMiqdash, aproximadamente en el año 516 antes de la era común, muchos judíos regresaron a Erets Israel con los augurios del Emperador Persa Ciro (Koresh). Un total de 42.360 Yehudim volvieron a Israel, guiados por Zerubabel (véase el libro de Ezrá 2:64).
Años más tarde, en el año 457 antes de la era común, más judíos hicieron Aliá guiados por Ezrá el Escriba, quien fue aignado pr el nuevo emperador Persa Artajshasta. Ezrá fue el líder espiritual de los Yehudim que llegaron de Babel a Yerushalayim. Y tuvo una misión muy difícil. Los Yehudim que regresaban de Babel, donde habían estado exiliados por 4 o 5 generaciones, ya habían olvidado la Torá y sus leyes y habían adoptado los valores de la cultura de Babel. Muchos, ni siquiera sabían hablar o leer hebreo.
En Yerushalayim, Ezrá estableció el Anshe Keneset haGedola, el primer Parlamento judío, compuesto por 120 sabios y profetas. Con ellos, Ezrá fijó un numero de resoluciones para revivir el estudio y el cumplimiento de la Torá y reeducar al pueblo judío. Ezrá incrementó los días de lectura pública de la Torá; compuso el texto de la Amidá (oración principal) porque la gente se había olvidado de cómo orar correctamente; implementó que la lectura de la Torá fuese traducida al arameo; adaptó los nombres de los meses hebreos y modificó el tipo de letra (los «fonts») del texto bíblico (ketab ashurí) para facilitar el estudio de Tora, etc.
Ezrá también tuvo que tomar decisiones muy importantes, como la exclusión de los samaritanos, una población mixta semi-pagana que vivía en Israel desde los tiempos del destierro de la 10 tribus (722 aec) y pretendían ser considerados parte del pueblo judío. También tuvo que hacer frente a la cuestión de los matrimonios mixtos de muchos de los Yehudim que llegaron de Babilonia. Este último dramático evento es narrado en los capítulos 9 y 10 del libro de Ezrá. Gracias a la sabiduría de Ezrá, a su coraje y a sus principios, el pueblo judío fue capaz de sobrevivir y restablecerse nuevamente en Israel como la nación de HaShem.
Ezrá haSofer fue considerado por nuestros rabinos como un segundo Moshé Rabbenu, y el vínculo histórico entre la Torá escrita y la Torá oral. La Torá, los rabinos explicaron, fue olvidada en el largo cautiverio de Babilonia, y fue recuperada gracias a Ezrá haSofer.