TEHILIM # 15: ¿Cómo se mide la integridad?

נשבע להרע ולא ימיר
Este salmo del rey David es my corto, contiene sólo 5 pesuquim (versículos bíblicos) pero es muy rico en significado.
El texto comienza con una pregunta: 
PASUQ 1: «¿Quién merece vivir en Tu tienda? ¿Quién merece morar en Tu Santuario?»
Estas palabras «vivir en Su tienda», «morar en Su Santuario» se refieren a alcanzar un estado espiritual muy elevado: «vivir en la cercanía de HaShem» quiere decir, sentir muy cerca y de manera continua Su Presencia. Esto depende, en primer lugar, del hombre y su deseo de acercarse a Él, y de HaShem, que considere a este individuo merecedor de una atención especial [hashgajá peratit]. La pregunta, entonces, es: ¿Cuáles son las virtudes que un hombre (o una mujer) debe cultivar para merecer vivir cerca de Dios? Y, como explica Maimónides, merecer que HaShem lo tenga en cuenta permanentemente.
PASUQ 2: «El que se conduce con integridad y obra con justicia, y habla la verdad en su corazón».  
Este pasuq enumera de una forma totalmente directa las virtudes que debe poseer «un hombre de bien», aquel que merece vivir en Su Presencia. Todas las cualidades aquí mencionadas tienen que ver con la integrad y la honestidad. No quiere decir que los demás aspectos de la Torá–el culto y los actos religiosos rituales–sean menos importantes. Sólo que este Salmo se concentra específicamente en la moralidad.  En este pasuq se habla de 3 principio que guían el proceder de este «hombre de bien»: la integridad, la justicia y la verdad. En el próximo versículo, como veremos a continuación,  se mencionan 3 malas acciones que el «hombre de bien» evita hacer.
PASUQ 3: «No calumnia con su lengua, no hace el mal a sus semejantes, ni ofende a su prójimo.   
Nuevamente vemos que en este Salmo, el énfasis está puesto en lo moral (ben adam lajaberá) más que en lo ritual (ben adam lamaqom). La primera ofensa que se menciona es leshon hara’: hablar mal de otro individuo, a espaldas de esa persona, con palabras que, aunque sean verdad, puedan causar un daño a esa persona. Luego el pasuq se refiere a evitar causar daños materiales, como robar o agredir a alguien fisicamente. Y finalmente, menciona no ofender a los demás. Aquí ya se trata de evitar causar daños emocionales. Daños que se hacen más que nada con palabras: insultar, agredir, abusar verbalmente de alguien, etc.   
PASUQ 4: «Desprecia a los hombres que hacen el mal, y honra a los temerosos de Dios. Si juró, [cumplirá con su promesa] y no la cambiará, aunque [por mantenerla] se perjudique» 
Este pasuq se refiere a la conducta de este hombre de bien consigo mismo.  En su interior, el «hombre de bien» no envidia a los malvados, aunque estos triunfen y tengan éxito. El modelo del hombre de bien son las personas temerosas de Dios. Es decir, aquellos individuos que se conducen en sus vidaspermanentemente conscientes de que HaShem los está observando. Finalmente, el hombre de bien es sobre todo íntegro. Y ¿cómo se mide la integridad? Cuando uno ya se comprometió a una transacción, y aunque nada firmó ya dio su palabra. Y luego se da cuenta, o sucede que llevar a cabo esa transacción lo perjudicará económicamente y perderá mucho dinero. En estas circunstancias, el hombre de bien no se echará para atrás. No cambiará sus palabras, no las reinterpretará a su conveniencia  ni negará haberse comprometido. El hombre que merece vivir cerca de Dios preferirá perjudicarse económicamente antes que faltar a su palabra. Este es el epítome judío de la integridad.  
PASUQ 5: «Su dinero no prestará con intereses, ni aceptará sobornos para inculpar al inocente. El hombre que así proceda, nunca caerá»,  
y merecerá vivir en la cercanía de Dios, en este mundo y en próximo. 
 
א  מִזְמוֹר, לְדָוִד:    ה’, מִי יָגוּר בְּאָהֳלֶךָ; מִי יִשְׁכֹּן, בְּהַר קָדְשֶׁךָ.
ב  הוֹלֵךְ תָּמִים, וּפֹעֵל צֶדֶק;    וְדֹבֵר אֱמֶת, בִּלְבָבוֹ.
ג  לֹא-רָגַל, עַל-לְשֹׁנוֹ לֹא-עָשָׂה לְרֵעֵהוּ רָעָה;  וְחֶרְפָּה, לֹא נָשָׂא עַל-קְרֹבוֹ.
ד נִבְזֶה, בְּעֵינָיו נִמְאָס וְאֶת-יִרְאֵי ה’ יְכַבֵּד; נִשְׁבַּע לְהָרַע,    וְלֹא יָמִר.
ה כסְפּוֹ, לֹא-נָתַן בְּנֶשֶׁךְ וְשֹׁחַד עַל-נָקִי, לֹא לָקָח: עֹשֵׂה-אֵלֶּה לֹא יִמּוֹט לְעוֹלָם.