SELIJOT: Cuando lo urgente no deja tiempo para lo importante

Como explicamos ayer (ver aquí),  en las comunidades Sefaradíes ya ha comenzado la recitación de las Selijot.   Y como veremos BH en los próximos días, el centro de estas plegarias lo constituyen el viduy o confesión, y el recitado de los 13 Atributos de Perdón Divino o 13 Middot.
Pero en las Selijot también hay muchos piyutim, poemas religiosos, que nos inspiran a volver a HaShem. El primero, y uno de los piyutim más conocidos, es «BEN ADAM MA LEJA NIRDAM», que quisiera comentar a continuación.
בֶּן אָדָם מַה לְּךָ נִרְדָּם
«Hijo del hombre, ¿Qué haces durmiendo?! ¡Levántate y reza [a D-s] con súplicas!
Este piyut comienza con una invitación a despertar. «Despertar» en un doble sentido. Por una lado, siendo que las Selijot se dicen muy temprano por la mañana, este poema refuerza nuestro compromiso a sacrificar nuestro sueño y acudir al Bet haKeneset más temprano que de costumbre.
Pero el sentido más profundo, y sin duda el sentido original de esta expresión, es la invitación al despertar de la conciencia. Me explico: Dada la cantidad de obligaciones materiales que tenemos, dado el ritmo al que vivimos y la enorme variedad de distracciones a nuestra disposición, es muy posible que nuestras conciencias estén «dormidas». ¿Cómo podemos identificar el sueño de la conciencia? El letargo espiritual se manifiesta por la ausencia de pensamientos profundos. Si no nos ponemos a pensar en D-s, y en lo que Él espera de nosotros; si no nos preguntamos por qué estamos aquí, en este mundo; si no reflexionamos sobre la dirección en la que avanza nuestra vida; si no re-evaluamos nuestros valores, y nuestras prioridades, entonces se puede decir que nuestras conciencias están dormidas.   El despertar espiritual consiste en refrescar estas preguntas. Estar «despiertos» significa que la búsqueda de estas respuestas sea el principal objetivo de nuestra existencia.
Esta hermosa expresión en hebreo ma lejá nirdam  «que haces durmiendo?» se encuentra en el libro de Yoná 1:6.   El capitán del barco que está por hundirse increpa al profeta Yoná, que estaba durmiendo, ausente de toda preocupación, ignorando los peligros a su alrededor. Es que Yoná estaba en una situación de «huida» casi suicida. Estaba, literalmente, alejándose de HaShem. Sin duda, estas palabras también aluden a nuestro propio escapismo existencial. Un escenario montado por nosotros mismos para eludir el compromiso que implica formularse las preguntas más profundas. Optamos por «escapar» de HaShem, entregándonos de forma adictiva al trabajo o a distracciones materiales.  El primer llamado de las Selijot es el llamado a despertar y abandonar el escapismo.
¿Cómo despertar?
קוּם קְרָא בְּתַחֲנוּנִים
Conectándonos con nuestro Creador.  La conexión con HaShem es el comienzo del despertar espiritual. 
רְחַץ וּטְהַר ואַל תְּאַחַר בְּטֶרֶם יָמִים פּוֹנִים
«Limipiate, purifícate ¡Y no lo postergues!  Hazlo antes de que los días [de tu vida] hayan pasado [=terminado]. 
La próxima invitación de este piyut es a actuar «YA». Sin procrastinar. «Limpieza» y «purificación» no se refieren a la limpieza física de nuestros cuerpos, sino a la limpieza del alma: es decir, la ausencia de transgresiones y pensamientos que nos alejen de HaShem.  Nuestro objetivo es «limpiarnos», es decir, arrepentirnos de lo que hicimos mal y deshacernos de las «manchas» de nuestro pasado. Y purificar nuestros pensamientos, alejándonos de los valores y de la cultura de la sociedad materialista. Para ayudarnos a corregirnos «YA» debemos traer a la mente una simple, pero generalmente reprimida idea: nuestra mortalidad. La certeza de que nuestras vidas llegarán a un final, y la incertidumbre de no saber cuándo ese final llegará….
Esta reflexión está inspirada en la explicación de nuestros Sabios al pasuq de Qohelet 9:8 que dice: בכל עת יהיו בגדיך לבנים,«Que tus vestiduras estén siempre limpias». Nuestros Sabios dicen que en este versículo las vestimentas son nuestras acciones. Y nos exhortan a «limpiar» nuestras vestiduras ni bien se manchen. Es decir, no postergar el arrepentimiento, el pedir perdón, y la reparación. Debemos mantenernos limpios, sin «manchas» en nuestros records, permanentemente, ya que no sabemos cuándo seremos llamados por el Tribunal Celestial.