יגמר נא רע רשעים
מזמור ז׳ , פסוק י
Este Mizmor describe la Tefila que David haMelej compuso pidiendo la asistencia y ayuda de HaShem para salvarlo de sus enemigos.
Aunque abundan las opiniones respecto a la identidad de los enemigos a los que este Mizmor hace referencia, no parece que David se sienta amenazado por los enemigos nacionales, o sea, los pueblos gentiles que buscaban la destrucción de Israel, como por ejemplo los Pelishtim. Se trata aquí de los enemigos internos, de otros Yehudim que quieren atentar contra la vida de David haMelej. La mayoría de las opiniones dice que se trataba de los hombres del rey Shaul, quienes envidiosos de la popularidad de David, buscaban deshacerse de él. De acuerdo a esta opinión Kush ben Yemini (7:1) era Shaul haMelej. Malbim explica que Kush no era Shaul sino un enemigo de David cuya descripción no aparece en el libro de Shemuel.
De cualquier manera, lo que sí sabemos de esos enemigos de David haMelej es que previamente fueron sus aliados. Aliados que ahora buscan traicionar a David. Y para justificar su propia traición, acusan a David de haber traicionado su alianza (7:4). David afirma frente a HaShem su inocencia. Y lo que es más: David pone a HaShem como su juez y le dice (7:5): HaShem , si yo fuera culpable de lo que me acusan, si yo he traicionado a mis aliados, (7:6) entonces que me ocurra todo el mal que ellos me desean. David termina esta poco común apelación a haShem diciendo: (7:9) HaShem júzgame (o defiéndeme) de acuerdo a mi inocencia. Tú sabes que he actuado con integridad. Tú eres «Eloqim shofet tsadiq» (7:12) El Juez Todopoderoso que siempre actúa con rectitud.
El punto más importantes de este Mizmor es la idea que David haMelej menciona respecto a las consecuencias de las malas acciones. Él dice: «igmor na ra reshaim» . (7:10) «que la maldad destruya a los malvados». Muchas veces podemos ver que cuando alguien planea hacer el mal a otra persona, como por efecto boomerang, esa misma mala acción se vuelve en contra de quien la concibió. Ilustración: El señor A quiere dañar al señor B, y para eso, habla mal de él a sus amigos. Al final, los amigos descubren que A mintió y ahora las palabras que el señor A usó para dañar a B, lo dañan a él mismo. El señor A se ha transformado en la víctima de su propia maldad. Quizas esta sea la alusión del pasuq 7:14, «las flechas que está afilando, se volveran contra quien las prepara».
Esta idea fue reiterada con otras palabras por el hijo de David haMelej, Shelomo haMelej. En Mishlé (1:18-19) dice que los que tienden trampas para engañar y asaltar a otros. «…caerán en la emboscada que prepararon… este es el destino de los que persiguen la maldad. La maldad quita la vida de los que la hacen».
Hacia el final de nuestro Mizmor esta idea se profundiza con un motivo literario diferente: la planificación del engaño deliberado se compara con el complicado proceso de dar a luz. Los malvados (7:15) «Plantan las semillas del mal, conciben la traición y dan luz al engaño». Pero lo que no saben es que están (7:16) «Cavando un pozo profundo, en el cual terminan cayendo». Y así, el pozo que el malvado cavó para hacer caer al inocente, se transforma en su propia trampa».
David haMelej entendió que cuando la maldad se vuelve contra aquellos que la planean, la justicia Divina se está realizando. Por eso, y quizás porque David vio con sus propios ojos la destrucción de quienes buscaban destruirlo, finaliza este Mizmor (7:18) alabando a haShem y componiendo este Mizmor para relatar Su infinita justicia.