MAIMONIDES Aboda Zara, 3:10: Je suis Charlie?
Bajo la ley judía que prohibe la adoración de ídolos, está prohibido diseñar ciertas imágenes.
Maimónides lo explica en Hiljot Abodá Zará, 3:10:
«… está prohibido hacer una imagen del sol, la luna, las estrellas, las constelaciones, o los ángeles, como esta escrito:» No harás a mi lado dioses de plata u oro… «[Éxodo, 20 : 19] – es decir, no haréis las imágenes de mis servidores, los que sirven delante de Mí en los cielos … «.
El sol, la luna y las estrellas se mencionan específicamente porque eran considerados como objetos de culto por casi todas las civilizaciones paganas. Desde los egipcios y los sumerios hasta los mayas y los aztecas, siempre había un dios mitológico, por lo general uno de los principales dioses, representado por el sol. Las estrellas también. Los griegos, por ejemplo (así como la práctica supersticiosa del horóscopo del zodiaco) vieron en cada constelación la imagen de un dios o un poder específico. En la antigüedad, los cuerpos celestes eran percibidos como poderosos dioses. Es por esto que, en hebreo rabínico, la adoración religiosa a los ídolos se llama normalmente «‘abodat kojabim umazalot», el culto a las estrellas (el sol y la luna) y a las constelaciones.
Tal es la asociación entre los cuerpos celestes y la adoración de ídolos que la ley judía prohíbe la realización de una imagen del sol o la luna, incluso en dos dimensiones (sin profundidad), el dibujo, la pintura, etc.
También está prohibido hacer ciertas imágenes que representan seres humanos.
«… está prohibido hacer imágenes que representan a seres humanos con madera, cemento o piedra. Esta [prohibición] se aplica cuando la imagen sobresale – por ejemplo, las esculturas que adornan algubos pasillos [o salones] y similares … sin embargo, está permitido hacer imágenes humanas dibujadas o pintadas – por ejemplo, retratos – ya sea en madera [papel], en piedra o en un tapiz «.
La prohibición de la configuración de imágenes humanas se aplica, por ejemplo, a la escultura, estatuas, etc. Pintar o dibujar una imagen humana, por el contrario, no es parte de esta prohibición. Maimónides no mencionó nada peculiar respecto a dibujar a nuestros antepasados o profetas. De hecho, hasta muy poco tiempo atrás, no era raro encontrar libros de Torá (jumashim) impresos con las imágenes de Moises y Aharón a ambos lados de una Torá.
Dado que está técnicamente permitido, nuestra reticencia o resistencia a dibujar imágenes representando a nuestros profetas o antepasados parece ser algo más cultural que halájico. La cultura de los judíos, a diferencia de la de los griegos, no es «visual». Por ejemplo, la Tora nos cuenta detalladamente lo que hizo Abraham, lo que dijo y a veces incluso lo que pensaba Abraham. Pero no sabemos nada, ni tenemos el más mínimo indicio acerca de la apariencia de Abraham. Lo mismo podría decirse de Moshe. Tenemos un retrato muy detallado de su carácter y su personalidad («Y el hombre Moisés, era muy humilde, más que cualquier otro hombre sobre la faz de la tierra»), pero no se dice nada acerca de su aspecto, su estatura, el color de su pelo o de sus ojos, etc.
En cualquier caso, los judíos nos mantenemos «natural y espontaneamente» lejos de la representación de nuestros antepasados a través de dibujos y nos abocamos a aprender de sus hechos, y hablar de sus palabras y sus valores, más que de su apariencia. Desde el punto de vista halájico, sin embargo, somos muy estrictos en evitar cualquier representación física de D’s o aún de elementos que representan a los «dioses» de otros pueblos y cultos.
Desde que comenzaron los debates recientes sobre el dibujo del Profeta Mahoma vs. la libertad de expresión, me he preguntado: ¿Por qué no han habido reacciones de indignación como respuesta a las miles de caricaturas que representan a D’s? ¿Por qué una religión y sus seguidores parecen estar más preocupados por la representación de un ser humano que en la representación de D’s Todopoderoso?
A diferencia de otras religiones, la Torá está centrada en Dios, no en los hombres. Y, como tal, es muy estricta a través de sus leyes de no permitir representaciones de Dios. Dibujar un ser humano, profeta o no, no entra en esta categoría.