VAYERA: Educando a nuestros hijos a dar
Este viernes se puede sentir una sensación de emoción en nuestra casa. Mi marido me aviso que estamos recibiendo un grupo de jóvenes adolescentes de Sudamérica, que no conocemos, y necesitan un lugar para pasar Shabbat. Además de nuestros preparativos habituales para Shabbat, hay mucho trabajo extra. Preparar más comida, y por las dudas añadir una mesa extra en el comedor. Se necesitan más compras. Queremos que el menú de este Shabbat sea especial en honor a nuestros huéspedes.El viernes es mi momento mágico de Shabbat. Mi hija está cantando mientras pone la mesa. Mi hijo, que tuvo que dejar su habitación para nuestros huéspedes, ya fue dos veces al supermercado, pero no se quejó ni una vez. Todo el mundo está dispuesto a ayudar, y con entusiasmo. La mitsva de hajnasat orjim (recibir huéspedes) es parte de nuestra misión familiar.
Pero también hay un poco de preocupación …. No sabemos cuántos jóvenes están llegando … «¿Y si son demasiados, mamá? ¿Qué pasa si no hay lugar en la mesa para todos nosotros» , mi hija menor me pregunta. La Mishná describe a los habitantes de Yerushalayim como muy hospitalarios. Durante las tres fiestas -Pesaj, Shabu’ot, Sukkot- abrían sus hogares para recibir a sus hermanos que venían de todos los rincones de la tierra de Israel. Y «ninguna persona jamás dijo en Yerushalayim, el lugar es demasiado pequeño para mí». Creo que esto describe no sólo los sentimientos de los huéspedes, sino también lo que sentían los anfitriones. Le explico a mi hija que ningún lugar podría ser demasiado pequeño, porque la bondad expande tu mente, y te permite ver que tu casa es tan grande como tu quieres que sea.
«Pero, ima, ¿conocemos a estos chicos o a sus familias?». No, le dije. Pero ¿no crees que es una gran oportunidad para conocer Yehudim que nunca antes conocimos? ¿Recuerdas en la Parashá de esta semana la historia de Ribka? ¿Conocía Ribka a Eliezer? Y a pesar de que no lo conocía actuó hacia él con toda amabilidad.
En nuestra mesa de Shabbat nuestra tarea esta noche es hacer que nuestros invitados se sientan cómodos. Darles la sensación de que son bienvenidos. Debemos traer temas de conversación que sean interesantes para ellos, no sólo para nosotros. El foco de esta noche pasará de nuestra propia satisfacción al bienestar de nuestros huéspedes. Vamos a permitirles que vean la intimidad de nuestra familia. Y al mismo tiempo vamos a estar expuestos a sus vidas y experiencias.
Y yo pienso para mí misma: la razón de esta mitsva es hacer Jesed (= bondad) con nuestros invitados. Ayudar a los demás, que tengan comida y un lugar para dormir. Pero la verdad es que hajnasat orjim es una experiencia que transforma a toda mi familia! El verdadero jesed lo estamos haciendo con mis propios hijos! Uno de los regalos más hermosos que puedo darle a mis hijos es que se sientan útiles y necesarios. Especialmente hoy, cuando la sensación de que «YO lo merezco todo» es epidémica. Esta hermosa mitsva permite que cada uno de mis hijos se desconecte del «yo» y se reconcentre desinteresadamente en el otro. Recibir invitados es una oportunidad invaluable para abrir las puertas de nuestras casas y las ventanas a nuestras vidas a nuestros hermanos e hijos de Am Israel.
Cuando Eliezer pidió un lugar para quedarse, Ribka generosamente le ofreció a él, a sus hombres y sus camellos descansar en la casa de sus padres. Allí Eliezer se dio cuenta de que ella era la mujer indicada para mantener la tienda de Sara abierta de par en par. Ribqa va a ser la mujer capaz de llenar el espacio vacío que quedó después de la partida de Sara de este mundo. Ella va a continuar el camino iniciado por Abraham y Sara. Y eso es lo que yo quiero que sepan mis hijos. Que para ser un buen Yehudí hay que practicar la bondad y el Jesed con los demás.