«Recuerdo, cuando Me seguiste al desierto…»

Las Haftarot son textos Bíblicos de los profetas, que se leen después de la lectura semanal de la Tora. Las Haftarot se relacionan, en cuanto a su contenido, con la Parasha de cada semana. Durante los próximos tres Shabbatot,  entre el 17 de Tamuz y el 9 de Ab, leeremos Haftarot especiales que no se relacionan necesariamente con el contenido de la Parasha semanal sino con la destrucción del Bet haMiqdash. Dios trasmitió  a los profetas de Israel mensajes y visiones proféticas para advertir a la gente acerca de sus pecados. Instándolos a modificar su conducta y así evitar la destrucción de Jerusalem y el exilio. Lo interesante es que incluso en estos mensajes de reproche, podemos ver el amor que HaShem profesa por Israel.

Nuestra Haftará es un gran ejemplo de estas dos cosas: la advertencia y la intensidad del amor de HaShem por Am Israel.

Después de que HaShem designa a Yirmiyahu (Jeremías) como profeta, Él advierte a Israel del inminente peligro: si Israel no regresa a Dios y deja de adorar ídolos, HaShem permitirá que el enemigo conquiste Jerusalem.

A pesar de estas duras advertencias la Haftará termina con un mensaje de esperanza y de la relación inquebrantable entre HaShem e Israel.

 HaShem le dice a Israel: «Tú eres Mi pueblo elegido y amado. Y  siempre recordaré lo que hiciste… Estuviste en Egipto durante más de dos siglos. En todo ese tiempo podrías haberte olvidado de Mí. Después de todo, podrías haber pensado que Yo te había abandonado…  Después, ofrecí rescatarte. Te ofrecí salir a la libertad, pero era «la libertad en el desierto». Muy lejos de una tierra de «leche y miel» el desierto es el lugar más inhóspito del planeta. No hay agua, no hay comida, no hay árboles, no hay lugar para descansar. Es un ambiente muy peligroso. Con animales salvajes, serpientes venenosas y escorpiones. No te puedes preparar lo suficiente para atravesar un desierto. ¿Cuántos suministros de alimentos, y en especial agua, necesitas incluso para un viaje corto? No sabías donde dormirías, ni cómo encontrarâs el camino en el desierto, o cómo te protegerías a ti mismo, a tus niños y a tus ancianos padres del frío de la noche y de las condiciones meteorológicas más adversas e imprevisibles. (En el año 500 AEC, el ejército bien entrenado y equipado del emperador persa Cambises, formado por 50.000 soldados, desapareció en un desierto parecido. Se presume que murieron enterrados bajo una tormenta de arena. Vea aqui). Y como no había una manera natural de sobrevivir en el desierto, huir hacia al desierto era un acto «suicida».

Pero tú confiaste en Mí por completo. Respondiste a Mi llamada.Y me seguiste al árido desierto. Y Yo nunca lo olvidaré».

«זָכַרְתִּי לָךְ חֶסֶד נְעוּרַיִךְ, אַהֲבַת כְּלוּלֹתָיִךְ, לֶכְתֵּךְ אַחֲרַי בַּמִּדְבָּר בְּאֶרֶץ לֹא זְרוּעָה»

Quiera HaShem proteger a Israel y a nuestros valientes soldados tal como protegió a nuestros antepasados contra todos los peligros impredecibles del desierto.

Que HaShem bendiga a Israel con la fuerza, la victoria y la paz.

ה» עז לעמו יתן ה» יברך את עמו בשלום

Shabbat Shalom