ואלה המשפטים אשר תשים לפניהם
… כי תקנה עבד עברי
La Parashá de esta semana contiene un gran número de Mitsvot, casi todas ellas de la categoría «Mishpatim» o leyes civiles. ¿Que tienen de especial estas leyes?
La primera letra de esta Parashá, la «VAV» en hebreo, cumple la función del nexo copulativo como «Y…» en español. Los Sabios siempre prestan atención a la presencia de esta letra y explican cuál puede ser la asociación entre el texto anterior a la «Y» y el texto que le sigue. Los Sabios del Midrash indican que esta letra quiere enfatizar la continuación temática entre nuestra sección semanal y los Diez Mandamientos, mencionados en la Parashá anterior para aclarar que las leyes que se van a mencionar a continuación son, en cierta manera, una extensión (algunos dicen: ilustraciones prácticas) de los Diez Mandamientos.
Antes de que la Torá fuera entregada, Moshé juzgaba al pueblo de acuerdo a su propio criterio, que si bien (y sin duda) era un criterio de una moral intachable, seguía siendo en definitiva un criterio humano. Al iniciar esta Parashá HaShem le dice a Moshé que éstas leyes, leyes De Dios, serán de ahora en más las leyes «que enseñarás y a través de la cuales juzgarás al pueblo judío» . Primera gran lección. El criterio humano, por más íntegro que sea, no es suficiente. Tiene que ser reemplazado por el Divino, no solo porque puede ser subjetivo sino también porque es «relativo». Es decir, cambia de acuerdo a los tiempos, las modas, las culturas y muchísimos otros factores psicológicos, sociológicos, etc. Solo una ley Divina puede ser eterna, universal, y con valores morales que nunca pasan de moda.
Pero hay algo aún más fascinante. Un gran ejemplo de por qué los seres humanos «necesitamos» leyes Divinas. Las leyes aquí presentadas, constituyen el primer código legal bíblico. Una preconstitución con 53 artículos. Quisiera comparar un pequeño aspecto –que bien podría pasar desapercibido — entre el código de leyes presentado en Mishpatim y otros códigos de leyes modernos. La Constitución Americana o la Constitución Argentina (y estimo que es el mismo caso en la mayoría de las constituciones de los países civilizados) comienzan con temas relacionados al Gobierno: la conformación del congreso, la autoridad del senado, y todo lo relativo al presidente y a los ministros, etc. En la Torá también hay leyes del estado, del tribunal, de los sacerdotes, del rey. Pero, muy significativamente, el código de Mishpatim comienza por las leyes del individuo más débil y desprotegido: el עבד עברי, literalmente: el esclavo hebreo (conocido en inglés como «indentured servant» que ChatGPT incorrectamente me lo traduce como «servidumbre contratada»). Este caso es el de hombres o mujeres que por su pobreza o sus deudas debían trabajar como sirvientes hasta pagar lo que debían. Era algo extremadamente común en el pasado. De cualquier manera , estos individuos con deudas, eran más pobres que los pobres, en términos de status, eran las personas «menos importantes» de la sociedad. Y por lo tanto, los más vulnerables y expuestos al abuso por parte de sus amos o patrones.
Increíblemente, el primer tema, la primera ley que presenta el código de Mishpatim no es el de los individuos poderosos o gobernantes, ¡sino la ley de los más vulnerables! ¿Y que dice esta ley? Mishpatim habla de los derechos del esclavo: el plazo de su servidumbre será ilimitado, se lo deberá tratar sin violencia ni abuso, no se lo podrá discriminar ni obligar a hacer trabajos humillantes, se lo deberá compensar al final de su trabajo e indemnizar si el patrón lo hiere, etc. ¡ESTO ES ABSOLUTAMENTE SIN PRECEDENTES Y ÚNICO! Especialmente en las sociedades antiguas contemporáneas a la Torá, hace 3500 años atrás. Tomemos por ejemplo el famoso código de Hammurabi, que obviamente habla de los esclavos, pero no de sus derechos sino de sus obligaciones hacia sus amos, y los severos castigos por desobedecerlo. Por ejemplo, el último artículo del código de Hammurabi, el 282 dice así: «Si un esclavo es encontrado culpable de haberle dicho a su amo: ‘Tú no eres mi amo’, su amo le cortará la oreja» (ver otros ejemplos similares aquí ).
¿Por qué la Torá comienza por los derechos del más débil? Simplemente, porque fue escrita por Dios y no por el «soberano» o «tirano» de turno: . Y Dios, el verdadero Dios, ¡se concentra primero en los derechos de los más débiles! Como lo vemos claramente un poco más adelante en esta misma Parashá: La Torá enfatiza el castigo –a un empleador o patrón– por el abuso a los más desprotegidos, las viudas y los huérfanos. Shemot 22:21-23: «No abuses de la viuda o del huérfano. Porque si de alguna manera los explotas, cuando ellos clamen hacia Mí (en su dolor), te aseguro que oiré su clamor. Y mi enojo se encenderá contra ti…».
Sólo la Ley Divina, la Torá, se preocupa primero por los derechos de los más vulnerables y de los que menos tienen.